El ex arzobispo de Buenos Aires se convirtió en el sucesor de
Benedicto XVI y tomó el nombre de Francisco I. Definido como un jesuita
moderado, sus diferencias con el Gobierno llevaron a que el Tedeum oficial se
trasladara al interior del país.
El ex presidente
de la
Conferencia Episcopal Argentina aparecía como uno de los
candidatos más firmes en la votación que en 2005 decidió al sucesor de Juan
Pablo II; sin embargo, su nombre parecía haber perdido peso para esta votación.
Poco más de una
hora después de que el humo blanco anunciara que la Iglesia Católica
tenía nuevo Pontífice, el cardenal Jean Lois Tauran anunció desde un balcón del
Vaticano a los miles de fieles que estaban en la plaza San Pedro que sería el
próximo papa y que tomaría el nombre de Francisco.
Bergoglio nació en la
ciudad de Buenos Aires en 1936. Hijo de un matrimonio de italianos formado por
Mario Bergoglio y Regina, asistió a la escuela pública, de donde egresó como
técnico químico.
A los 22 años decidió
convertirse en sacerdote, camino que comenzó en el seminario del barrio Villa
Devoto, como novicio de la orden jesuita.
Fue ordenado sacerdote
el 13 de diciembre de 1969. Tras una larga carrera como profesor de teología,
fue consagrado como obispo titular de Auca en 1992. Seis años después, tomó el
cargo de arzobispo de Buenos Aires. La designación como cardenal llegó en 2001,
año en que se convirtió además en primado de Argentina.
Su designación para
ocupar el sillón de San Pedro es la primera de un americano para dirigir la Iglesia Católica
que jamás estuvo a cargo de un representante de la Compañía de Jesús.
En los círculos
eclesiásticos, Bergoglio es considerado un jesuita austero, de tendencia
moderada, que lleva una vida discreta y cultiva el bajo perfil.
Goza de general
prestigio por sus dotes intelectuales y dentro del Episcopado argentino es
considerado un moderado, a mitad de camino entre los prelados más conservadores
y la minoría "progresista".
En un país de mayoría
católica, se opuso tenazmente en 2010
a la aprobación de la ley que consagró el matrimonio
homosexual, la primera en América Latina.
"No seamos
ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión
destructiva al plan de Dios", dijo antes de la sanción de la norma.
También se opuso a una
más reciente ley de identidad de género que autorizó a travestis y transexuales
a registrar sus datos con el sexo elegido.
Esas posturas y los
frecuentes análisis críticos que realizaba de la situación del país terminaron
de enfriar las relaciones entre la
Iglesia argentina y el gobierno de Cristina Kirchner. Prueba
de ello es que las autoridades nacionales decidieron trasladar el Tedeum –que
tradicionalmente se realizaba en la
Catedral metropolitana– al interior del país.
Quienes lo frecuentan
aseguran que es un gran lector de los escritores argentinos Jorge Luis Borges y
Leopoldo Marechal y del ruso Fiodor Dostoievsky, amante de la ópera y fanático
del club de fútbol San Lorenzo, curiosamente fundado por un sacerdote.
Bergoglio fue el último
cardenal al que Benedicto XVI concedió una entrevista antes de dejar el cargo
de Sumo Pontífice. Sin embargo, evitó referirse a ese episodio cuando volvió a
aparecer en público, al celebrar una misa en el comienzo de la Cuaresma. El Diario Nuevo Dia
No hay comentarios:
Publicar un comentario