viernes, 23 de noviembre de 2012

Interna en la Legislatura



 Lo vivido ayer, una postal que por un momento se asemejó al 29 de diciembre del 2.011, fue el resultado de una interna propia del PJ en Santa Cruz.
 No fue el pueblo, no fue la gente, fue la interna, que derivó en violentos hechos repudiables, y que no justificaron –jamás debería aclararse esto- el ataque  legisladores que si bien no gozan de la comprensión, empatía  y fraternidad de los habitantes, fueron elegidos  democráticamente.
 Decir esto no es para nada agradable para la mayoría de lectores,  y aunque sea obvio,  la violencia no se mide desde el lado que la ejerce. La violencia es violencia, y punto.
Se ejerció desde las bases, y desde la dirigencia. Todos la provocaron, incentivaron, y hasta aplaudieron.

Ayer el diputado Alejandro Victoria, tuvo un duro cruce con integrantes de “La Cámpora”,  que junto al diputado Matías Bessi, insultaron y “cachetearon” al legislador oriundo de Puerto santa Cruz.

La gravedad institucional ahora no solo inundó las calles, sino que también llegó al recinto. La falta de consenso de los legisladores, Ejecutivo e Intendentes  explotó en la mano de la paz social, por lo cual, difícilmente pueda transformarse en entendimiento en el sector de la militancia.

No fue casual. La violencia verbal  ejercida por Intendentes,  algunos legisladores, y el propio gobernador,   cruzo el 2.012 de tal forma, que las acusaciones mediáticas parecían valer más o formar parte del debate y doctrina que históricamente  representó al Partido Justicialista y que de a poco se replicaran a nivel nacional.

Fue una interna más que se desmadró, y  no parece tener retorno. Aún restan tres años más.
La intolerancia tuvo traje y corbata, pero también overol.  (El Diario Nuevo Día).

No hay comentarios:

Publicar un comentario